Forjando un Campeón: Mi Historia en las Artes Marciales

En los rincones del Perú, una ciudad anidada en las montañas de Áncash, que es Huaraz, donde mi historia como peleador profesional comenzó. No fue un camino fácil, sino una senda de sudor, sacrificio y determinación. Permíteme llevarte a través de mi viaje, donde los puños y las patadas se entrelazaron con la vida misma.

Mi carrera como deportista de Artes Marciales

Comenzó a la edad de 13 años. Mi mundo estaba a punto de cambiar debido a un altercado en el colegio que me dejó en claro que no podía quedarme en la sombra. Por un problema al jugar fútbol, me peleé con dos de mis compañeros a la vez y perdí. Era un niño, con el corazón palpitando de furia e impotencia tras una derrota en el colegio, pero decidí no buscar revancha, sino buscar superación. A tan solo dos cuadras de mi colegio se encontraba la academia de artes marciales de la selección peruana de kung fu, y decidí entrenar allí.

Kevin Vega :kung fu

El deporte no solo es músculos y sudor.

Es una escuela de vida. Nos enseña a caer, levantarnos y seguir adelante. La disciplina, la resiliencia y la pasión son las armas de un luchador, y la disciplina es la llave que abre las puertas del éxito. No importa la edad, el origen o las circunstancias.

El boxeo y el kung-fu se convirtieron en mis compañeros de batalla.

A las 4 de la madrugada, cuando la ciudad aún dormía, yo ya estaba en los cerros corriendo y entrenando, forjando mi futuro a golpes de puños y patadas. Regresaba a casa para un desayuno balanceado antes de enfrentar las tareas escolares. Mi mochila guardaba mi uniforme de entrenamiento. Asistía a clases y después de clases, otra vez me iba a entrenar hasta las 9 pm. Luego llegaba a casa, me bañaba y repetía la rutina día tras día.

A los 15 años

Logré ser campeón nacional de menores. Pero no me detuve allí. Lima, la capital de Perú, me llamaba. Sus técnicas de pelea, sus estilos analíticos y estructurados, me atrajeron como un imán. comencé a entrenar  boxeo y el muay thai. Faltaba a clases para entrenar, y mi pasión ardía más que nunca.

A los 17 años

Representé a mi país en un campeonato sudamericano en Uruguay. El tercer puesto fue mi medalla de honor. Pero la derrota también fue para mi maestra. Me hizo replantearme mis objetivos.

Nuevos Objetivos

Mi padre tenía un negocio, y yo me sumergí en él. Los neumáticos ecológicos se convirtieron en mi nueva pasión. Pero el deporte no me abandonó. Ahora, el MMA (artes marciales mixtas) es mi arena. Golpes, llaves y la adrenalina de la competición siguen corriendo por mis venas. 

Kevin Vega kung fu - Uruguay2

Todos tenemos la capacidad de convertirnos en guerreros, de superar las adversidades y de alcanzar nuestros sueños.¿Y tú? ¿Estás listo para convertirte en un guerrero?

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